LA SOBERBIA DE CARLSEN

La Soberbia es definida por la Real Academia Española como la elación del ánimo. Si a una persona entregada a la religión se le menciona la Soberbia seguramente realizará la señal de la Cruz ante la visión de uno de los 7 Pecados Capitales, pero si se trata de un Ajedrecista dicha conducta es normal. Para entenderlo mejor, por ejemplo, ¿qué sucedía con los soldados griegos al lanzarse a la batalla para enfrentar a las legiones de bárbaros?, pues se volvían presa de una excitación indescriptible, eufóricos y sin esa forma de encarar el peligro es probable que sus armaduras fuesen vulneradas por el enemigo; ¿y qué ocurre con un Matador de Toros al estar frente a un bravo ejemplar de Miura?, pues sus formas corporales se distorsionan, su rostro adquiere fieras expresiones y como si fuese un rito ancestral lanza gritos y llamamientos a la bestia…lo mismo sucede con un Ajedrecista. No obstante, a diferencia del Soldado o del Torero, el Ajedrecista expresa la Soberbia sin palabras, sin exclamaciones, con un mar de pensamientos sólo visible a través de los movimientos corporales o de algún acto específico.

En la actualidad, quien se lleva la corona de la Soberbia, es el noruego GM Magnus Carlsen. Si hago notar esta característica del Gran Maestro de Noruega es por hacer patente una de tantas pócimas que utiliza para envolvernos en su magia ajedrecística. Y es que a los Grandes les está permitido todo…cuando Don Pedro “El Mago” Septién en su Crónica Deportiva inventaba “la hane” para salir del problema de mencionar un Tecnicismo luchístico o cuando bajaba el cielo y las estrellas en su fina Retórica nadie podía objetar nada, incluso en la hipótesis de que algún televidente/radioescucha no alcanzara a comprender la Figura de Pensamiento que empleara “El Marqués de Querétaro” o supiera que tal llave no existía, porque “El Mago” llenaba de Arte las ondas sonoras con su Autoridad…cuando Emanuel Lasker sacaba un cigarrillo y lo encendía en plena partida, nadie se atrevía a pedirle que lo apagara e incluso soportaban estoicamente los varios cigarrillos que fumaba durante la partida, excepto, claro está, un fuerte temperamento como el de Nimzovich que no toleraba este tipo de soberbia y falta de respeto…y a Carlsen también se le permite todo.

En el reciente Campeonato Mundial de Ajedrez Rápido FIDE (jugado en diciembre), Magnus Carlsen, con blancas y en modalidad de juego de 15 minutos, ¡llegó a su partida casi 3 minutos tarde! En esa partida enfrentó al GM Tigran L. Petrosian de Armenia (no es familiar del legendario “Tigre de Acero” y quien fuera el Campeón Mundial más defensivo de la Historia con fama de invencible), en una especie de caprichoso juego del destino porque es imposible saber que pasaría en un duelo enfrentando a la mejor versión de Carlsen (la versión de hace 10 años) contra la mejor versión del Tigre (la versión de la década de 1960). Y a pesar de llegar tarde, todavía se tomó varios segundos en sentarse, sacó su acreditación y la puso en la mesa, se quitó el saco y lo colocó en el respaldo de la silla, acomodó sus piezas con toda calma y se puso a jugar, ganando la partida sin hallarse presionado por el tiempo…así de Grande y de Soberbio es el noruego. Por cierto, cuando Carlsen acomodó sus piezas no dijo nunca “compongo” y su rival le permitió este lujo, cuando lo procedente era que Petrosian llamara al Árbitro y denunciara la falta para que fuera obligado a jugar con la primera pieza que tocó: el peón de c.

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