Por: Sarah Landa
La salud mental es un estado de bienestar que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.
En México, hay un millón 590,583 personas con algún problema o condición mental. 54% hombres y 46% mujeres.
Sin embargo, este tema no es prioridad para las personas, dado a que no existe una cultura para atender los problemas emocionales…
La psicología Constancia Méndez, señaló que los homicidios, feminicidios, secuestros entre otros ilícitos, son una gran parte porque no hay una salud mental, ni mucho menos una atención.
“La salud mental es abandonada, no se toma en cuenta, no se prevé como otras enfermedades y ello va generando conductas que te llevan a hacer o cometer acciones afectando a terceros”.
Expuso que cuando vivimos momentos difíciles, ya sean laborales, personales, emocionales, familiares o económicos, las exigencias pueden ser muy altas y, en ocasiones, pueden sobrepasar nuestra capacidad de manejarlas, lo cual puede tener un impacto negativo en nuestra salud mental.
La salud mental puede sufrir daños por las siguientes causas:
Experiencias de vida difíciles.
Vivir con condiciones de vida como discapacidad, o enfermedades crónicas como cáncer o diabetes.
Factores biológicos (hereditarios) o desbalances químicos en el cerebro.
Uso de alcohol o drogas.
Sensaciones de soledad o aislamiento.
De acuerdo con el Plan Sectorial de Salud y Adicciones, del gobierno federal, tanto en México como a nivel mundial la pandemia de COVID-19 generó un incremento de problemas asociados a la salud mental. Esto sobre todo en personas infectadas por el virus SARS-Cov-2.
No obstante, el personal de salud calcula que, durante el primer año de la pandemia, los trastornos de ansiedad y depresión aumentaron 25%.
Ante ello, es de suma importancia acudir con los especialistas en la materia, sobre todo cuando se trata de los hijos e hijas.
