Durante el tercer trimestre del 2023, la productividad laboral en México con base en horas trabajadas creció apenas 0.1% en comparación con el trimestre previo.
En el análisis interanual, los resultados también fueron modestos; el Índice Global de la Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) se expandió apenas 1.2%, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Este indicador ha mostrado una resistencia en el proceso de recuperación pospandemia; debido a que incluso antes de la llegada del Covid-19, la productividad laboral ya seguía una tendencia a la baja.
La productividad laboral depende de la dotación de capital físico con el que se equipa la mano de obra, del nivel tecnológico de los medios de producción y de la organización de los procesos productivos. Por ello la inversión fija y los esquemas de trabajo son fundamentales para el crecimiento de la productividad.
Sin considerar los lapsos de confinamiento durante 2020, la productividad laboral en México ya mostraba una tendencia negativa desde 2017. En lo que va del 2023 ha logrado avanzar, pero a un ritmo modesto.
