La leyenda del sarcófago de la catedral de Oaxaca: Misterios que desafían el tiempo

En las entrañas históricas de la Catedral de Oaxaca, una leyenda envuelve un antiguo sarcófago que ha desconcertado a generaciones. Remontándonos a los primeros días de la colonización, la catedral original construida en 1521 por orden de Hernán Cortés fue sucedida por una expansión en 1536, liderada por frailes franciscanos.

Durante la construcción en 1629, una inundación sumergió la catedral en construcción y, entre las aguas, dos frailes, Tomás de Salazar y Miguel de Huesca, descubrieron un misterioso sarcófago. La imposibilidad de manipularlo debido al agua llevó a que se moviera a un lugar lleno de lodo, perdido en la memoria de los frailes tras el descenso del agua.

El intento de descubrir más sobre el sarcófago llevó a una serie de eventos extraordinarios. El padre superior ordenó su limpieza para revelar el nombre del difunto, pero ninguna pista surgió. Sin embargo, la atención se centró en un descubrimiento inusual: el hábito de Fray Tomás presentaba una rotura coincidente con el momento en que limpiaban el sarcófago.

La historia toma un giro sobrenatural cuando, al intentar ver el interior del sarcófago, el joven organista Fermín de Huesca experimentó un evento aterrador. Aunque inicialmente se pensó que podía ser un roedor, la experiencia dejó al joven temblando y convencido de la presencia de algo vivo dentro.

El Padre Superior, incrédulo, inspeccionó personalmente el sarcófago y, ante lo que vio, reaccionó con horror. La noticia llegó a oídos del Santo Oficio, que decidió realizar un exorcismo. Sin embargo, al abrir el sarcófago, ocurrió un suceso inexplicable: una entidad sin forma escapó, causando la muerte de algunos presentes y dejando huellas misteriosas sobre el lodo.

La leyenda persiste hasta el día de hoy, enriqueciendo el patrimonio cultural de Oaxaca con un relato que desafía la explicación racional. Aunque algunos creen que el ciprés retirado en 1935 podría haber albergado el sarcófago, la verdad detrás de este enigma continúa siendo un misterio sin resolver. La Catedral de Oaxaca sigue guardando secretos que desafían el tiempo, recordándonos que la historia está impregnada de magia y misterio.

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