Biden considera restricciones en asilo a migrantes a cambio de apoyo para Ucrania.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra en medio de negociaciones para obtener apoyo republicano a un gasto militar de más de 60,000 millones de dólares destinados a financiar la guerra en Ucrania. En este contexto, la administración de Biden estaría dispuesta a desmantelar el sistema de asilo y adoptar medidas más restrictivas en inmigración.

Fuentes cercanas a las discusiones informaron que se propuso reanudar las expulsiones en caliente en la frontera, así como ampliar la capacidad del Gobierno para deportar a migrantes, entre otras medidas. Aunque la Casa Blanca no confirmó oficialmente estas propuestas, señalaron que Biden está «abierto a compromisos» si se logran reunir los apoyos suficientes.

Ante la necesidad de obtener el respaldo del bloque conservador para el financiamiento militar en Ucrania, la Casa Blanca incluyó más fondos para «seguridad fronteriza». En respuesta, los republicanos aprovecharon la situación para solicitar mayores restricciones a la migración y al asilo como condición para su apoyo.

Legisladores demócratas, incluyendo a Dick Durbin y miembros del caucus hispano, rechazaron firmemente este posible trueque y urgieron a Biden a cumplir con sus promesas de campaña de revertir las políticas antiinmigración de la administración anterior.

Expertos en migración y defensores de derechos humanos advierten que las propuestas en discusión, como reanudar las deportaciones en caliente, podrían desmantelar el sistema de asilo en Estados Unidos. La medida podría alejarse de los compromisos internacionales, ya que, bajo la ley actual, Estados Unidos se comprometió a ofrecer protección a personas que huyen de persecución por diversas razones.

El debate en torno a la restricción migratoria revive la controversia del Título 42, una medida similar que se implementó durante la administración Trump bajo el pretexto de la pandemia. Analistas indican que volver a imponer tales restricciones no resolverá los problemas en la frontera y podría tener consecuencias humanitarias significativas.

El compromiso de Biden con la seguridad en la frontera se enfrenta a la tensión entre funcionarios que comprenden la importancia del asilo en el sistema de derechos humanos y aquellos preocupados por el impacto político de la migración en las elecciones de 2024. La controversia destaca el desafío de equilibrar la seguridad fronteriza con el respeto a los derechos humanos en medio de una creciente crisis migratoria en el continente.

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