En esta última administración federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha encabezado un esfuerzo de Estado por acortar la brecha de desarrollo entre el norte y el sur-sureste del país, la propuesta de grandes proyectos como el corredor interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, proyecto que tiene como finalidad desarrollar parques industriales que detonen la economía de dos de las zonas más pobres de Oaxaca y Veracruz, con una inversión de 120,000 millones de pesos en sus primeras etapas, sin embargo parece que al igual que en el proyecto del aeropuerto Felipe Ángeles, el tema de la infraestructura carretera para interconectarlo parece ser su talón de Aquiles, y es que las únicas vías de comunicación estructuradas para tránsito pesado que interconectan el centro del país con el sureste son la 150D México-Veracruz y la 145D la tinaja-Coatzacoalcos.
Que a la par se han convertido en dos de las más peligrosas e inseguras carreteras del país según los reportes de la CANACAR, tanto por su alto tráfico que ya hace insuficiente sus 4 carriles, como los asaltos que en tramos específicos de puebla, maltrata y la tinaja, son continuos y causan perdidas incalculables para la industria del transporte de carga.
Podemos ver desde la ciudad de México, con rumbo hacia el norte, la gran cantidad de vialidades que hace posible la transportación de mercancías hacia el norte, conectando los grandes desarrollos industriales como Querétaro, Silao, Guadalajara y Monterrey, contando con vías de comunicación de primer nivel entre las concesionadas y las federales.
sin embargo, desde su inauguración en 1962, la carretera federal 150D que une la ciudad de México con el puerto de Veracruz,
En el sexenio anterior, donde el presidente Peña Nieto abandero el proyecto de la construcción del Nuevo Puerto de Veracruz, que en 2022 entro en operación como un maxi puerto, aumentando a 95 millones de toneladas de carga anuales sus operaciones de carga tampoco se contempló una ampliación de las vías de comunicación que hicieran sentido a la creciente demanda que generaría el aumento al doble de las operaciones logísticas de dicho puerto, en donde el transporte de las mercancías de las actividades de importación y exportación se mueven por tractocamiones.
En su recién informe de gobierno del actual gobernador del estado, Cuitláhuac García Jiménez, hablaba de los avances en infraestructura, sin embargo, en el día a día, los ciudadanos comunes y las compañías transportistas no pueden dar fe de los avances en ello. Ya que diariamente se viven embotellamientos en dichas carreteras de kilómetros enteros, causando retrasos y perdidas incalculables por los retrasos.
Entonces para ser exitosas logísticamente, los proyectos del corredor transístmico, requieren una gran inversión para ampliar las vías carreteras existentes y la creación de nuevas para poder solventar la capacidad de carga desde y hacia los principales puntos logísticos de los estados de Veracruz y Oaxaca, casetas de peaje ampliadas para evitar congestionamientos como los que se suscitan diariamente con los existentes; en fin deberá ser un teme de análisis y diseño extenso para los próximos años, y que los proyectos de parques industriales sean rentables y exitosos, creando la derrama esperada y dando la certeza a los inversores, que la logística terrestre tanto por vías férreas y carreteras esta garantizado .
Resumiendo, es una excelente noticia la reciente asignación de las licitaciones para la construcción de los polos de desarrollo de la zona del Istmo, pero será motivo de mayor alegría, la noticia de asignación de recursos para la ampliación y construcción de infraestructura de alta movilidad de transporte pesado.
Pero bueno, esa solo es mi opinión
