La región de Gaza enfrenta una cruda realidad con más de 17,000 vidas perdidas y 46,000 heridos desde el inicio del prolongado conflicto entre Hamás e Israel. La ofensiva israelí, que persiste hace más de dos meses, se concentra ahora en el sur de la Franja, desencadenando sangrientos combates.
Las autoridades gazatíes informan que los heridos siguen aumentando, superando los 46,000, mientras que las organizaciones humanitarias advierten sobre una crisis humanitaria que se agrava día tras día, llegando a niveles críticos.
La violencia no cesa en la zona entre Líbano e Israel, con Hezbolá lanzando proyectiles desde territorio libanés, generando respuestas por parte de las fuerzas israelíes.
Desde el estallido del conflicto el 7 de octubre, el Ministerio de Sanidad gazatí confirma al menos 17,177 muertos en el enclave. En las últimas 24 horas, más de 350 personas perdieron la vida y alrededor de 900 resultaron heridas debido a los bombardeos israelíes, según informó el ministerio, aunque la situación se complica por las dificultades para contabilizar los daños debido a los continuos bombardeos y cortes de comunicaciones.
El Ejército israelí intensificó su ofensiva hacia el sur de Gaza, focalizándose en la ciudad de Jan Yunis y atacando múltiples objetivos de milicias palestinas. Las operaciones se extienden a otras zonas de la Franja, como el campo de refugiados de Yabalia.
Israel alega estar «eliminando docenas de terroristas» mediante ataques terrestres y aéreos, apuntando también a infraestructuras y armamento de Hamás ocultos en lugares como túneles bajo escuelas. Entre los blancos se encuentra Abdel Aziz Rantisi, un jefe de inteligencia de Hamás acusado por Israel de participar en el ataque a territorio israelí que desencadenó la guerra el pasado 7 de octubre.
La escalada de violencia persiste en la región, marcando uno de los periodos más críticos desde el inicio del conflicto.
