En una llamada de atención sobre los devastadores impactos en la salud humana, la ONU reveló que al menos 7 millones de personas mueren cada año en todo el mundo debido a la contaminación del aire. La Conferencia del Clima COP28, que ha centrado su atención en la relación entre el cambio climático y la salud, ha marcado el primer «Día de la Salud» en sus 28 ediciones.
Bajo una atmósfera cargada de bruma en Dubái, líderes y delegados de todo el mundo abordaron cuestiones críticas relacionadas con la salud humana. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que, aunque la crisis climática es una crisis de salud, ha llevado demasiado tiempo que la COP aborde seriamente este tema. La declaración fue respaldada por unos 120 países, enfatizando la conexión esencial entre la salud y el cambio climático.
La sesión también presenció protestas sobre la salud, donde un grupo simulaba reanimar una Tierra inflable, destacando la urgencia de abordar la crisis climática. Las negociaciones se centran ahora en buscar acuerdos para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius durante los próximos nueve días.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó que las promesas de las 50 compañías de gas y petróleo para alcanzar emisiones netas de metano y poner fin a la quema rutinaria para 2030 están por debajo de lo necesario. El presidente estadounidense, John Kerry, resaltó la importancia de vincular la salud humana y el cambio climático, subrayando que «si envenenan nuestra tierra, agua y aire, envenenan nuestros cuerpos».
La OMS indicó que el aumento de temperaturas ha incrementado la presión sobre el cuerpo humano y ha contribuido al aumento de enfermedades infecciosas. En Estados Unidos, se busca reducir las emisiones del sector de la salud, que actualmente constituye el 8.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país.
El secretario general advirtió que las reducciones de metano son un paso positivo, pero criticó que la promesa de emisiones netas excluía el consumo de combustibles fósiles. A medida que las negociaciones avanzan, la salud humana se presenta como un eje central para abordar la crisis climática en las discusiones y acciones futuras.
