La organización ambientalista Greenpeace ha cuestionado fuertemente la reciente adhesión de Brasil a la OPEP+, señalando que esta decisión es incoherente con el discurso climático del país en la Cumbre del Clima en Dubái. Según Greenpeace, esta contradicción podría comprometer los esfuerzos de Brasil para exigir metas más ambiciosas a los países desarrollados en la COP28.
Leandro Ramos, director de programas de Greenpeace Brasil, expresó: «Es inaceptable que el mismo país que dice defender el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C anuncie ahora su alineación con el grupo de los mayores productores de petróleo del mundo».
La organización sostiene que, aunque se desconoce el formato de la participación de Brasil en la OPEP+, esta alianza opera como un cártel que influye en los precios internacionales del petróleo para controlar la oferta de crudo. Para Ramos, esta decisión es «completamente equivocada y peligrosa» en un momento en que Brasil debería acelerar la transición energética y eliminar progresivamente los combustibles fósiles.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó desde Dubái la participación del país en la OPEP+, destacando que buscarán «superar la política de combustibles fósiles» y enfocarse en la «energía verde». Greenpeace insta al gobierno brasileño a adoptar una posición más firme contra los combustibles fósiles si busca un liderazgo climático mundial. La adhesión de Brasil a la OPEP+ está programada para enero de 2024, según anunció el grupo en su última reunión en Viena.
