El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó el sábado que no permitirá que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) gobierne Gaza una vez que las tropas israelíes eliminen a Hamás. En una rueda de prensa televisada, Netanyahu expresó que no cometerá el error de permitir que la ANP tome control en Gaza, ya que considera que sería lo mismo que Hamás. Abogó por una «nueva visión» en el enclave palestino que incluya «seguridad y control israelí».
A pesar de la presión internacional, liderada por Estados Unidos, que aboga por la unificación de Gaza y Cisjordania bajo el gobierno de la ANP tras la guerra, Netanyahu argumentó que ambos grupos comparten una ideología que niega la existencia de Israel.
En relación con la presión internacional por un cese al fuego, Netanyahu admitió sentir esa presión pero destacó la creación de un espacio internacional en contra de la misma. Insistió en que la guerra es justificada y debe continuar hasta lograr sus tres objetivos: recuperar a los rehenes, destruir a Hamás y asegurar que el grupo no represente una amenaza futura para Israel.
La guerra, que inició el 7 de octubre, ha dejado más de 15,000 muertos, 6,000 personas bajo los escombros y casi dos millones de desplazados en medio de una grave crisis humanitaria. La reciente ruptura de la tregua entre Israel y Hamás añade tensión a la situación, mientras las negociaciones internacionales buscan encontrar soluciones a este conflicto en curso.
