La exportación de aguacates mexicanos, mayormente cultivados en Michoacán y Jalisco, está vinculada a una «deforestación generalizada» que compromete los derechos de las comunidades locales, según la organización Climate Rights International (CRI).
CRI alega que tanto México como Estados Unidos no están tomando las medidas necesarias para frenar la devastación causada por las plantaciones de aguacates.
«Los aguacates provenientes de México podrían haber sido cultivados en tierras deforestadas ilegalmente, utilizando agua robada», afirmó Brad Adams, director ejecutivo de CRI.
En su informe titulado «El saldo insostenible de la expansión aguacatera: Deforestación, acaparamiento de agua y violencia detrás de las exportaciones de aguacates de México a EU y otros mercados», la organización destaca que las exportaciones de aguacates a Estados Unidos representan anualmente 3,000 millones de dólares (mdd), y en los últimos cinco años, las destinadas a Europa, Canadá y Asia superan los 2,000 mdd, consolidando a México como el «mayor productor y exportador mundial de aguacate».
Según CRI, 49 de los 56 municipios en Michoacán y Jalisco con huertas de aguacate certificadas para exportación a Estados Unidos contienen tierras deforestadas, muchas de las cuales fueron despejadas mediante incendios forestales deliberados, según la organización.
CRI también denunció actos de violencia e intimidación contra defensores ambientales, incluyendo líderes indígenas y pobladores locales, a manos de grupos de crimen organizado con fuertes vínculos en la región aguacatera.
Ante esto, CRI propone una «solución sencilla», instando a las autoridades mexicanas y estadounidenses a contrastar mapas de huertas certificadas con imágenes satelitales para «identificar huertas deforestadas recientemente y bloquearlas de la certificación para exportación». La organización también sugiere que las empresas utilicen esta técnica para excluir tales huertas de sus cadenas de suministro.
