Debate en la COP28: ¿Quién debe pagar la factura del cambio climático?

Con el inicio de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP28) en Dubái, el debate sobre quién debe asumir la factura del cambio climático se intensifica, amenazando con polarizar aún más el ya tenso escenario mundial.

La cuestión central en estas discusiones es cómo evitar que el aumento de la temperatura global supere los 1.5 ºC para el año 2100. Además, se abordarán temas cruciales como la preparación para impactos inevitables y la distribución de los costos asociados al cambio climático.

Uno de los puntos críticos para los países en desarrollo, especialmente para aquellos más vulnerables, es el capítulo octavo del Acuerdo de París, conocido como Pérdidas y Daños. En la COP27, se logró un avance histórico al acordar la creación de un fondo para cubrir los daños ocasionados por la crisis climática. Sin embargo, persisten desacuerdos sobre quiénes deberían contribuir y beneficiarse de este fondo.

La Unión Europea y Estados Unidos rechazan clasificaciones basadas en la situación de hace 30 años para determinar qué países «desarrollados» deben contribuir. Esta disputa refleja la transformación económica de naciones como China, India y Brasil. La COP28 anticipa un continuo debate sobre esta clasificación.

Desde la sociedad civil y los países en desarrollo, que ya enfrentan los costos humanos y económicos del cambio climático, se insta a los estados a dar «pasos concretos» para implementar rápidamente el mecanismo. A pesar de compromisos voluntarios, el fondo permanece vacío, con la esperanza de anuncios de aportes durante la cumbre, incluyendo la declaración de la Unión Europea y Dinamarca.

Otra área de conflicto es la independencia del fondo. Los países en desarrollo buscan que este sea independiente de otros mecanismos existentes y genere financiamiento adicional. La propuesta de alojar provisionalmente el fondo en el Banco Mundial ha generado críticas de la sociedad civil y países en desarrollo, quienes temen altos costos y desconfían del Banco Mundial por perpetuar el «colonialismo financiero».

A medida que la COP28 aborda estos temas cruciales, la pregunta sobre quién debe pagar la factura del cambio climático se presenta como un desafío clave en la lucha global contra la crisis climática.

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