El presidente Andrés Manuel López Obrador ha intensificado sus esfuerzos para concluir proyectos emblemáticos antes de que termine el año, marcando un hito significativo en la recta final de su sexenio. Con el ojo puesto en las elecciones presidenciales de 2024, planea inaugurar el aeropuerto de Tulum y el Tren Maya en diciembre, seis meses antes de los comicios.
La estrategia se amplía con la apertura del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec el 22 de diciembre, conectando los Estados de Oaxaca y Veracruz. Estas iniciativas, según la administración, buscan impulsar económicamente el sureste mexicano, una región históricamente menos desarrollada.
El nuevo aeropuerto de Tulum, en el Caribe mexicano, será inaugurado el 1 de diciembre. Gestionado por la Secretaría de la Defensa Nacional, abarca 1,200 hectáreas y representa una inversión de 3,200 millones de pesos. Con la capacidad de recibir a 5.5 millones de pasajeros al año y realizar 32,000 vuelos anuales, se espera que el 75% de los vuelos sean internacionales.
El 15 de diciembre marca la apertura del primer tramo del Tren Maya, supervisado personalmente por el presidente y ejecutado por el Ejército. Este proyecto, con más de 3,000 kilómetros de nuevas vías proyectadas, busca revitalizar la red ferroviaria para mejorar la movilidad en el país.
Los críticos han cuestionado la premura en la presentación de proyectos e inauguraciones simbólicas, señalando la falta de finalización total en muchos de ellos. La agenda del presidente incluye la revisión de avances y supervisión de obras públicas en los próximos días, abarcando proyectos como el tren entre Ciudad de México y Toluca, la presa de Santa María en Sinaloa, y las nuevas carreteras que conectarán el centro de Oaxaca con la costa.
Este acelerado impulso en la presentación de proyectos clave marca el cierre del año como el punto de partida para las principales apuestas en infraestructura de la administración, coincidiendo con el inicio formal del año electoral.
