EL MEJOR AJEDRECISTA

¿Quién es el mejor? es la eterna discusión. Le encanta al ser humano formular esta pregunta en todos los ámbitos de la vida y es una pregunta necesaria e importante porque pone en relevancia los méritos, trayectorias y legados, aunque resulte odioso el preguntar esto. Dependiendo cuál sea la Disciplina sobre la que verse la discusión, en algunas ocasiones es complicado definir a los Candidatos al mejor en lo que hace y en otras áreas la cuestión no tiene dificultad. Si hablamos de Filosofía, los elegidos al mejor Filósofo de la Historia serían Sócrates, Platón y Aristóteles, decidiendo algunos su parcialidad por el que decía “habla para que te conozca”, otros argumentando que Platón le dio vida a Sócrates en sus “Diálogos”, y otros se decantarían por el de Estagira, e incluso algunos más sagaces dirían que los mejores eran Platón y Aristóteles por haberlos inmortalizado el Renacentista Rafael Sanzio en el centro de “La Escuela de Atenas”. En cambio, si hablamos de Tango, por ejemplo, la pregunta se reduce a un solo candidato: Carlos Gardel.

Hablando de Ajedrez, cuando la afición y la Prensa preguntan por el mejor de todos los tiempos, salen a relucir los siguientes nombres: Magnus Carlsen, Garry Kasparov, Bobby Fischer y José Raúl Capablanca. Sin duda ellos representan la excelencia en este deporte. El noruego Carlsen desde hace diez años es el mejor en todos los parámetros, permitiéndose el “lujo” de renunciar a defender el Campeonato en ritmo Clásico para volver a competir por él en unos años y ganarlo de nuevo, Título que conquistó el chino Ding Liren ante el ruso Nepomniachtchi en este 2023. Por su parte, Kasparov, “El Ogro de Bakú”, representa más que un simple Campeón Mundial porque su reinado coincide con varios factores histórico/sociales como la fragmentación de la Unión Soviética, el haber sostenido la gran rivalidad con Anatoly Karpov, ser el primero en enfrentar en Match formal a una máquina (Deep Blue), el ser considerado un verdadero ídolo en una época “dorada” del Ajedrez y haber creado un cisma ante la FIDE al crear la PCA. Fischer es un caso único al haber conquistado el Título Mundial en 1972 y negarse a seguir jugando Profesionalmente tras ese logro, volviendo a la actividad únicamente en 1992 para un Match no Oficial contra Spassky. Y el cubano Capablanca representa la supremacía del Talento, la posibilidad de que un Genio pueda surgir en un país que no ofrecía las mínimas condiciones para su desarrollo, como un sueño imposible hecho realidad.

Con independencia de los laureles de cada uno, resulta imposible decidirse por alguno y esto es porque cada uno de ellos representa una Época. La Técnica moderna que se practica en la actualidad no se jugaba en los tiempos de Capablanca, cuando Fischer asombraba al mundo no existían aún los ordenadores que hoy en día son cosa común, Kasparov no enfrentó a rivales entrenados en las aplicaciones porque en su tiempo la tecnología era incipiente y los jugadores modernos (como Carlsen) juegan siempre como máquinas olvidando el Arte con que jugaban los jugadores de antaño. En otras palabras, no pueden compararse jugadores de diferentes épocas porque cada Época es diferente, es decir, sólo podría preguntarse quién es mejor entre Ajedrecistas de la misma época, y sólo así diríamos sin riesgo de cometer error que Capablanca fue mejor que Alekhine, que Fischer fue mejor que los jugadores soviéticos, que Kasparov fue mejor que Karpov, que Carlsen es mejor que Nakamura

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