ENERGÍA DE GRADIENTE SALINO II

Las temperaturas de la superficie del mar se han medido desde el espacio durante más de 30 años, pero la tecnología para medir la salinidad de la superficie del mar desde satélites se ha desarrollado hace poco. La densidad de la superficie del mar, una fuerza impulsora en la circulación oceánica y que está en función de la temperatura y la salinidad, finalmente se podrá medir todos los meses a escala global. Debido a que los océanos tienen 1100 veces la capacidad calorífica de la atmósfera, la circulación oceánica se vuelve fundamental para comprender la transferencia de calor sobre la Tierra y, por lo tanto, poder comprender el cambio climático de una mejor manera.

El Centro de Archivo Activo Distribuido de Oceanografía Física anunció la disponibilidad de la versión 2.0 SMAP de datos actualizados de Salinidad de la Superficie del Mar (SSS) de los Sistemas de Detección Remota (RSS) a una resolución espacial de 70 km. Los conjuntos de datos SMAP-SSS V2.0 de 70 km se describen y se pueden descubrir a través del portal de datos PO.DAAC. El acceso a estos datos se realiza a través de ftp://podaac.jpl.nasa.gov/allData/smap/ . También se puede acceder a los datos a través de una gama de herramientas y servicios PO.DAAC: https://podaac.jpl.nasa.gov/cloud-datasets/about https://search.earthdata.nasa.gov/search?portal=podaac-cloud

La generación de energía por gradientes de salinidad puede ser extraída de distintas formas. El uso de los gradientes de salinidad para generación eléctrica inició en 1970, aunque la investigación ha avanzado lentamente desde entonces. El uso de membranas para el aprovechamiento de la energía por gradientes salinos está en fase de desarrollo y existen dos métodos prácticos cuyo propósito es aprovechar la potencia osmótica debida a la diferencia de concentración de sales.

Si bien se han estudiado diversas técnicas para el aprovechamiento de la energía relacionada con la diferencia de salinidad, conocida como energía del gradiente salino (SGE), Energía Osmótica, o Energía Azul; las tecnológicamente más desarrolladas son la Ósmosis Retardada Por Presión (PRO) y la Electrodiálisis Inversa (RED), cuya evaluación en cuanto a competitividad y viabilidad, respecto a otras renovables, aún se encuentra en etapas tempranas de estudios en plantas piloto. Debido a que estas dos técnicas hacen uso de tecnología de membrana, varios de los estudios realizados en el mundo están enfocados en la optimización, a nivel laboratorio, de la estructura y la eficiencia de éstas. Aunado a la optimización tecnológica de las técnicas, sus impactos ambientales comienzan también a ser abordados en la literatura, pero se espera que, además de ser una tecnología libre de producción de CO2, su inclusión en sistemas costeros o interiores conlleve menos daños ambientales que los provocados por el uso de combustibles fósiles, y mayores beneficios sociales en los sitios de instalación.

Hoy haremos una breve introducción al método de electrodiálisis Inversa (RED), donde el agua fluye entre membranas catiónicas y aniónicas (membranas ion-selectivas) colocadas de forma alternada a modo de batería o acumulador. Los aniones Cl- de la sal sólo pueden pasar a través de la membrana de intercambio de aniones, mientras que los cationes Na+ sólo a través de la membrana de intercambio de cationes. Como resultado surge un voltaje por la diferencia de cargas positivas y negativas similar a una batería de la cual puede ser generada corriente eléctrica. Weinstein y Leitz propusieron la creación de una batería de sal de la siguiente manera: Una serie de membranas alternas de intercambio de aniones y cationes se puede utilizar para generar energía eléctrica a partir de la energía libre del agua del río y del mar. Una instalación ha operado en Vladivostok durante al menos tres años produciendo hasta 4 V (0.15 kWh/m3 de agua dulce). Teóricamente, el sistema podría acercarse a 0.7 kWh/m3.

Tomado de https://energiasrenovablesmarinas.blogspot.com/2017/12/energia-de-gradiente-salino.html

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