Por qué escribir sobre Ajedrez? ¿Qué tiene el Ajedrez que lo hace meritorio de una Columna? Es sencilla la respuesta, salvo la opinión de ustedes. El Ajedrez es pasión, el Ajedrez es la Guerra misma, el Ajedrez es la Historia de la Humanidad… ¡aunque ustedes no lo crean! Pudiera parecer un simple juego de mesa, como existen muchos y con los cuales las familias “matan” el tiempo. En estos tiempos modernos donde la agitación política y social es innegable, nos enteramos con horror de los crímenes que la Guerra deja en la población (como la Guerra entre Ucrania y Rusia), manchando con sangre la conciencia de los Líderes, sin saber que el más violento invento creado por el Hombre es el Ajedrez. Unas piezas de madera sobre un tablero escaqueado tienen el mágico poder de perturbar una mente, de crear tal violencia en la mente del oponente que se viste de una sutileza mágica, mientras de forma grotesca y burda las armas de fuego asesinan a miles de seres humanos, con un acto sencillo que no requiere nada más que una degradación moral: apretar un gatillo. Pero dar un “jaque mate” significa algo más…significa la supremacía de una mente sobre otra por medio de tal violencia que enferma. Estamos acostumbrados a creer que la violencia necesita revestirse de un vestido llamativo para ser violencia, de un acto exageradamente notorio y visto a todas luces, y no es así. Un movimiento de ajedrez puede parecer insignificante y la mayoría no sabe que conlleva tal presión mental capaz de destruir la paz de un ser humano. Y tal vez una bala incrustada en el cuerpo pueda ser retirada satisfactoriamente por la pericia de Galeno, sanando el cuerpo con los debidos cuidados médicos, pero una mente queda herida y no hay procedimiento quirúrgico que le devuelva su estado normal…el juego de ajedrez ya fue guardado, las piezas carecen de mal, el tablero no tiene sangre en sus casillas, pero la mente ya fue destruida mientras que el cuerpo herido en la Guerra ya sanó o se transformó con la muerte en un destino final que siempre llega para todos y donde la osamenta guardará su testimonio por siempre.
En la década de los 70’ dos Hombres se enfrentaron por el Campeonato Mundial: Boris Spasski y Bobby Fischer, uno soviético y el otro estadounidense. Y mientras todos vieron el duelo de dos ajedrecistas por la cúspide mundial, pocos vieron la Guerra Fría en su versión más sutil y peligrosa. Los dos Gobiernos más poderosos del Mundo se enfrentaron en 1972 en el “Match del Siglo” y muchos aún se niegan a creer que en ese Match no eran dos Hombres los que jugaban, sino dos Potencias Mundiales. Por eso la seducción del Ajedrez es letal, porque es la Guerra en 64 casillas de colores blanco y negro intercalados.
Los tiempos de agitación política no cesan y tampoco dejan de formar parte del Ajedrez de competencia. Lejanos nos parecen aquellos años donde el cubano Capablanca viajaba a tierras soviéticas con la prohibición de su Gobierno o aquellos tiempos donde Korchnói desafió a la URSS con la amenaza real de muerte para él y su familia, pero aún en estos tiempos de Modernidad hay jugadores que no pueden dejar der ver en las casillas la palabra “muerte”.
Por eso escribiré sobre Ajedrez, el deporte de la Mente, el juego donde la inteligencia es más que necesaria. Nada se compara con la emoción que dos Ajedrecistas experimentan en el tablero, el enfrentamiento cruel y despiadado de dos mentes en su funcionamiento máximo.
