Un estudio de alcance internacional, en el que colaboraron investigadores del prestigioso Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), ha arrojado un sombrío panorama climático para España. Según los resultados publicados en la revista Atmospheric Research, el verano de 2022 quedará grabado en la historia como el más abrasador de los últimos 700 años, con temperaturas sin precedentes. Además, el mismo año se clasifica como el más árido en 279 años, específicamente en el noreste de la Península Ibérica.
El estudio revela que las olas de calor, más frecuentes e intensas que en cualquier periodo histórico registrado, desencadenaron graves episodios de sequía. Durante ese verano, España fue testigo de fenómenos climáticos extremos, siendo las olas de calor y los largos periodos de escasa precipitación los más perjudiciales en la mayor parte del territorio nacional. Ante esta situación, se plantea la necesidad de tomar medidas políticas urgentes que tengan implicaciones ambientales, económicas y sociales para mitigar los efectos del cambio climático.
El verano abrasador de 2022 se caracterizó por olas de calor más intensas, prolongadas y frecuentes. Estas olas de calor se originan debido al aumento sostenido de las temperaturas en una región durante un período prolongado, lo que trae consigo condiciones de clima seco, baja humedad y altas temperaturas. Además, impiden la formación de nubes y la lluvia, lo que contribuye a la falta de regulación de la temperatura atmosférica.
Un informe previo del Observatorio de la Sostenibilidad, basado en datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), había advertido sobre el aumento en la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor desde 1975, un fenómeno climático que se ha exacerbado significativamente desde 2015.
Ernesto Tejedor, uno de los investigadores del MNCN-CSIC que lideró el estudio, subraya que el verano de 2022 batió récords de temperaturas. «En los últimos veinte años, las olas de calor y los severos episodios de sequía en España son cada vez más frecuentes, pero el de 2022 fue un verano excepcional en este aspecto, batiéndose récords de temperaturas. Este fenómeno se vio favorecido por la llegada a la Península Ibérica de masas de aire extremadamente cálidas procedentes de África con mayor frecuencia y más persistentes de lo habitual,» afirma Tejedor.
Para confirmar la singularidad de este periodo, Tejedor detalla que compararon los datos de temperatura y precipitación de 2022 con registros de la AEMET en 75 estaciones diferentes que datan hasta hace 130 años en el caso de la estación más antigua. El análisis reveló un incremento de la temperatura superficial del mar de 3,3°C, un aumento de 2,1°C en la temperatura media, un ascenso de 2°C en las ciudades y una prolongación de 4 días en la duración de las olas de calor.
Un informe publicado por Greenpeace en julio pasado, llamado «Carrera climática contrarreloj: cambio climático y eventos meteorológicos extremos en España,» señaló que España es uno de los países más afectados por el cambio climático en el mundo. Según este informe, el ritmo de calentamiento global en España aumentará en 2°C en los próximos 20 años si no se logra reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en la Unión Europea para 2040.
Greenpeace destaca en su informe que el ritmo de calentamiento en España seguirá siendo más rápido que la media mundial. Cada grado adicional de calentamiento global se traducirá en hasta 1.5°C de aumento de temperatura en España. Los expertos que elaboraron el informe advierten que, en los escenarios con emisiones continuas de GEI, el calentamiento global podría superar los 4°C para finales del siglo XXI, lo que resultaría en un aumento significativo de los días extremadamente cálidos y húmedos en diversas regiones de España.
