Familias extenuadas tratan desesperadamente de huir del norte de Gaza mientras se avecina una inminente invasión israelí. Muchos de ellos cargaban solo a sus familiares exhaustos, quienes caminaban fatigados por las calles llenas de escombros, en un intento por ponerse a salvo.
Algunos abandonaron sus hogares llevando consigo maletas llenas de ropa, recuerdos familiares y fotografías. Otros improvisaron su huida con pilas de colchones de espuma atados a los techos de automóviles o tomaron autobuses, camionetas, autos y carretas tiradas por burros para escapar de la zona.
Sin embargo, muchos no tenían más opción que caminar. Estas familias desesperadas, cargando a sus exhaustos seres queridos, recorrían las calles llenas de escombros en busca de un refugio seguro. En palabras de Mohammad Hillis, un residente del norte de Gaza: «Nos fuimos de casa sin comida, sin agua, ni ropa. Nos fuimos sin traer nada».
La situación se agravó cuando el cielo se llenó de folletos israelíes que instaban a los civiles a abandonar el norte en 24 horas por su propia seguridad, advirtiendo sobre la presencia de terroristas de Hamas. Israel declaró que llevaría a cabo una operación significativa en el norte de Gaza en los próximos días, preparándose para una ofensiva terrestre que seguía a un ataque planeado detalladamente por Hamas.
Estos folletos avivaron aún más el miedo y el caos en Gaza, que ya había estado bajo constante ataque aéreo israelí desde el inicio del conflicto. A pesar de las advertencias y las amenazas, muchos habitantes de Gaza eligieron quedarse, enfrentando la inminente invasión. Algunos argumentaron que no tenían a dónde ir en el sur, lejos de sus seres queridos, mientras que otros temían los peligros en las carreteras que Israel sugería como rutas de evacuación, ya que eran frecuentes blancos de los ataques aéreos israelíes.
