La Agencia Internacional de la Energía (AIE), en consonancia con los compromisos establecidos en el Acuerdo de París, mantiene su firme convicción de que aún es factible limitar el incremento del calentamiento global a 1.5 grados Celsius. Para alcanzar esta meta, es imperativo reducir la demanda de combustibles fósiles en al menos un 25% para el año 2030.
En su última actualización de la Hoja de Ruta Net Zero, dada a conocer el pasado martes, la AIE revisa su enfoque inicial publicado en mayo de 2021, con el propósito de contener el aumento de la temperatura global a 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Desde su primera publicación, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) provenientes del sector energético han continuado aumentando. Esta actualización considera los desarrollos clave que han tenido lugar desde 2021.
De acuerdo con las proyecciones, la era de los combustibles fósiles llegará a su conclusión a comienzos de la próxima década. Esto se debe a una drástica disminución en la demanda de los tres principales combustibles fósiles: gas, carbón y petróleo, gracias al imparable crecimiento de las energías renovables y la expansión de los vehículos eléctricos.
Es esencial triplicar la velocidad de implementación de las energías renovables para el año 2030, y la electrificación junto con mejoras en la eficiencia energética jugarán un papel fundamental en la transición energética. Esto se logrará mediante factores clave como la utilización de biomasa sostenible, el aprovechamiento de fuentes de energía renovable y la adopción del hidrógeno verde.
El aumento de la inversión en energías renovables y la disminución de la inversión en combustibles fósiles son necesarios para abordar este desafío. Las emisiones globales de CO2 en el sector energético alcanzaron un nuevo récord en 2022, con 37,000 millones de toneladas. El informe recalca que no se requieren nuevas inversiones a largo plazo en carbón, gas natural y petróleo por parte de los gobiernos. Sin embargo, se debe continuar invirtiendo en algunos activos existentes de petróleo y gas, así como en proyectos ya aprobados, para cumplir con los objetivos establecidos.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, enfatiza la necesidad de separar el tema del clima de las consideraciones geopolíticas, dada la magnitud del desafío:
«Los gobiernos deben desvincular el clima de la geopolítica, considerando la envergadura del reto que enfrentamos. Es esencial planificar el aumento en la inversión en energía limpia y la reducción de la inversión en combustibles fósiles para evitar aumentos perjudiciales en los precios o excesos de oferta».
La AIE destaca que es imprescindible triplicar la capacidad global de energías renovables, duplicar la infraestructura de eficiencia energética y fomentar la adopción de bombas de calor y vehículos eléctricos para 2030. Además, las inversiones a nivel mundial deben aumentar significativamente, pasando de 1.8 billones de dólares en 2023 a 4.5 billones al inicio de la próxima década, para mantener el ritmo de reducción de emisiones.
Fatih Birol subraya que una sólida cooperación internacional es esencial para alcanzar el éxito:
«La buena noticia es que sabemos qué acciones tomar y cómo hacerlo. Nuestra Hoja de Ruta Net Zero 2023, basada en los datos y análisis más recientes, proporciona una guía clara. La cooperación internacional sólida es esencial para lograrlo».
¿Cuáles son las causas del calentamiento global?
El calentamiento global se está acelerando en todo el mundo a un ritmo mayor de lo anticipado. La causa principal, que afecta tanto al cambio climático como al calentamiento global, es la emisión masiva de gases de efecto invernadero (GEI), los cuales retienen el calor en la atmósfera y en la superficie terrestre a través del efecto invernadero.
Las principales causas del calentamiento global son:
- Deforestación.
- Emisión masiva de gases de efecto invernadero.
- Producción de energía.
Soluciones basadas en la naturaleza para frenar el calentamiento global:
Cuando hablamos de «soluciones basadas en la naturaleza,» nos referimos a medidas como la agricultura sostenible, el uso de energía solar y la reforestación de bosques. Estas acciones desempeñan un papel crucial en la reducción de emisiones, la protección de ecosistemas, la preservación de la biodiversidad y la mitigación de la degradación del suelo.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hace hincapié en la necesidad de duplicar estas medidas en los próximos dos años. Para 2025, las inversiones gubernamentales y del sector privado deben aumentar de los actuales más de 148,500 millones de euros a 370,000 millones de euros, a fin de cumplir con estos objetivos.
